El uso del aceite de CBD (Cannabidiol) se sigue expandiendo rápidamente entre todo tipo de personas. Desde deportistas jóvenes que buscan una mejor recuperación después del entrenamiento, hasta personas mayores con diferentes afecciones. Pese a la normalización del uso de estos productos, todavía existen muchas dudas sobre cuál es la dosis adecuada para cada situación y cada persona. En Cannaenea queremos ayudarte a despejar esas dudas que surgen a la hora de dosificar tu aceite de CBD.
Para ello, lo primero es saber:
¿qué es el CBD?, ¿cómo reacciona en nuestro cuerpo?
El Cannabidiol es una molécula que aparece en mayor concentración en la planta Cannabis Sativa L. A esta molécula se le denomina fito-cannabinoide. Este actúa a través de receptores serotoninérgicos del tipo 1A. Receptores de serotonina que están presentes en el sistema nervioso central y el tracto gastrointestinal. Y están estrechamente ligados al sistema endocannabinoide, influyendose el uno al otro. Se cree que estos dos sistemas trabajan juntos para mantener la homeostasis del cuerpo, es decir, el equilibrio de todas las funciones del organismo.
Cabe destacar que la serotonina es un neurotransmisor que se encarga de regular, por ejemplo el sueño, el apetito, la libido, el estado de ánimo, la gestión del estrés, la agresividad, la temperatura corporal o el vómito, entre otras funciones fisiológicas.
Cuando hay un desequilibrio por falta del neurotransmisor, por ejemplo, se pueden alterar estas funciones.
Por lo tanto, como el CBD actúa sobre estos receptores de serotonina promueve la regulación de todas estas funciones, mitigando los efectos de la ansiedad y de la angustia y generando efectos antiinflamatorios, analgésicos, antioxidantes,etc… En resumen, el CBD, nos ayuda a regular el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Ahora que entendemos un poco mejor cómo actúa el CBD en nuestro organismo, vamos a concretar ¿qué tipo de aceite vamos a utilizar?
En Cannaenea apostamos por el aceite de CBD extraído con el método de extracción de CO2 supercrítico con líquido portador de aceite de semillas de cáñamo (cañamones) prensado en frío. Estos aceites suelen tener la característica de guardar en perfectas condiciones todas las moléculas que posee como los cannabinoides, flavonoides, terpenos, etc. Además de ser rico en ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 los cuales ayudan al cuerpo a producir endocannabinoides.
Ya que sabemos que tipo de aceite vamos utilizar, continuemos con la dosificación de éste.
En primer lugar, es necesario ser consciente de que cada persona es diferente y al ser una molécula que trabaja junto a los receptores serotoninérgicos y el sistema endocannabinoide, esta interactúa con cada individuo de forma distinta, por lo que recomendamos buscar los elementos que mejor se adaptan a ella y que mejor le funcionen.
¿Qué factores influyen en la dosificación del CBD?
Los factores que hay que tener en cuenta para encontrar la dosis adecuada de CBD son el formato que utilicemos, la concentración del mismo, la forma de uso, el peso, el tipo de aflicción, la experiencia que tengamos con el uso de cannabinoides y la sensibilidad que tengamos a determinadas sustancias y alimentos.
1. El formato
Este es importante para poder calcular cuántos miligramos de Cannabidiol contiene una gota, lo cual va a ser fundamental para encontrar tu dosis adecuada. Lo más usual es encontrarnos aceites de CBD en frascos de 10 ml de color ámbar para proteger el producto de los rayos del sol. Estos frascos tienen unas 200 gotas. Este número de gotas es aproximado ya que al final depende de con qué fuerza se apriete el gotero.
Por lo tanto, si el frasco de 10 ml contiene 500 mg de CBD, cada gota tendrá 500 / 200 = 2,5 mg / gota
Frasco de 10 ML |
||
|
% / 10 ml |
mg / 10 ml |
mg / gota |
|
5 |
500 mg |
2,5 mg |
|
10 |
1000 mg |
5 mg |
|
15 |
1500 mg |
7,5 mg |
|
20 |
2000 mg |
10 mg |
2. La concentración
Esta suele aparecer tanto en porcentaje como en miligramos. Ejemplo: 5% de CBD sobre 10 ml = 500 mg de CBD sobre 10ml
3. Peso
El peso es un factor relevante para calcular la dosis, ya que hay una relación muy estrecha entre miligramos de CBD y kilogramos. Por lo que a mayor peso, más miligramos de CBD deberemos consumir para notar su efecto.
4. Sensibilidad
Para saber si tienes sensibilidad lo mejor es preguntarse, ¿hay alguna sustancia o alimento con el que mi cuerpo reaccione de manera diferente o de forma más intensa?. Por ejemplo si te tomas un café o una valeriana, ¿sientes que te afecta más que a los demás?. Este factor es importante tenerlo en cuenta ya que si eres consciente de que tu cuerpo reacciona de manera más intensa a ciertas sustancias también podría pasarte con el CBD.
5. Tipo de aflicción
Con respecto al tipo de aflicción, en primer lugar hay que saber que cada uso necesita una dosis diferente, ya que esta cambia, si se usa como ansiolítico (dosis baja-media) o como analgésico (dosis media-alta). También debemos tener en cuenta que es importante ser objetivos con el grado de dolor que sentimos con cada aflicción ya que es crucial a la hora de calcular nuestra dosis y no caer en el exceso o defecto.
6. Experiencia con cannabinoides
Las personas que nunca antes han usado cannabinoides deberán empezar por las concentraciones más bajas y las dosis más reducidas. Con los cannabinoides suele ocurrir que menos es más. Al comenzar a tomar el CBD lo mejor es hacerlo gradualmente y de manera escalonada.
Progresivamente iremos subiendo la dosis o la concentración si fuera necesario, hasta encontrar la dosis óptima para obtener los resultados que buscamos. La paciencia es fundamental durante este proceso ya que será la clave para encontrar el éxito con el CBD.
Aún teniendo una experiencia previa con cannabinoides pero no con aceites de CBD, se recomienda empezar por una concentración media.
CONSEJOS
Este artículo es meramente informativo, ninguno de los productos que se venden aquí está destinado a diagnosticar, tratar o curar ninguna enfermedad. Busca siempre el consejo de tu médico u otro proveedor de atención médica cualificado con cualquier pregunta que puedas tener con respecto a una afección o tratamiento médico y antes de emprender un nuevo régimen de atención médica.
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